sábado, 21 de abril de 2012

Huir a otro mundo.

Esos días lluviosos, en lo que lo único que necesitas es estar solo. Coger tu reproductor de música, enchufar los cascos, y evadirte del mundo exterior, olvidarte de todo, creando un universo paralelo, un universo en el que solo tú eliges. Un universo en el que no hay personas que te controlan, ni gente que te hace la vida imposible. Un universo que te hace caso. Ese universo tan espectacular que solo la música puede darte.

Jamás mires atrás.

Suéltate el pelo, por una vez en tu vida, no te preguntes el por qué de todo lo que te rodea, y tan solo disfruta, disfruta de poder vivir el día a día, disfruta de saber que aún te queda mucho por delante. Disfruta, saborea el presente, que el pasado ya ha sido olvidado. Vive al límite, porque nadie te asegura cuánto tiempo te queda. Vive como si no hubiera mañana. Sueña como si fueras a vivir eternamente. Y nunca, jamás mires atrás.
Ves la pantalla del móvil encendida y empiezas a mirarla durante un buen rato esperando a que se apague, pero te cansas de fijarte en esa inútil espera, y apartas la vista dejando atrás tu anterior acción, pero cuando te interesa mirar la hora en él, la pantalla ya está apagada, y te das cuenta de que aunque estuvieras constantemente mirándolo, nunca te diste cuenta de los detalles, ni te molestaste en mirar la hora en la pantalla.
A veces puede pasarte, pero no con una pantalla de móvil, sino con una persona, no será con la hora, serán unos sentimientos, y no se apagará, le perderás.

sábado, 14 de abril de 2012



No quiero enterarme de lo que pasa a mi alrededor pero de repente aparece alguien que te dice que aflojes y cuando aflojas, te das cuenta de las cosas y entonces te das cuentas de los pequeños detalles. Que detrás de esas copas, hay un trofeo, que esta sonando mi canción favorita, y que Rosana se iria ahora mismo con usted al fin del mundo. Ella me hace ir lento. Me hace sentir bien.