domingo, 26 de abril de 2015

Mi lema de vida

Vuelvo.
Estoy algo deprimida, supongo que será por el tiempo, que no acompaña. No me puedo quejar de nada más, porque no creo que las cosas que me afecten en estos momentos sean tan importantes como para mencionarlas, pero en cierto modo condicionan mi estado de ánimo (además de la lluvia, siempre la lluvia).
Se me pasan por la cabeza muchas cosas cuando me siento así, porque no tengo ganas de hacer nada y en efecto, no hago nada, lo cuál me deja mucho tiempo para pensar en todo lo que se me ocurra.
Y después de más de dieciséis años me he dado cuenta de que soy extra exigente. Además últimamente me lo han dicho un par de veces diferentes personas que, una de una manera mas indirecta y otra más directa, me influyen mucho. Lo soy con las cosas que me rodean y también conmigo misma. Y por lo visto, ahora es malo. Me gusta tener las cosas controladas, para que nada salga mal, para, de alguna manera poder guiar mi vida desde el detalle más pequeño, para que vaya dirigiéndome a donde tenga que ir. Improvisar está bien, y me gusta, pero no siempre. Hay cosas que puedo permitir que sean sin preparación ni meditación anterior, pero otras no.
Tengo un lema de vida. Una vez vi una frase, no recuerdo dónde, a decir verdad. Me marcó. Me hizo pensar más de una noche en ella y darle mil vueltas. Y al final, la escribí en la puerta de mi habitación. Obviamente no se me iba a olvidar si no la apuntaba, pero quería tenerla mucho más presente. Verla cada mañana, para que me diese fuerza y un motivo más para esforzarme al máximo en todo lo que haga, sea lo que sea. Al poco tiempo me di cuenta que la frase se puede aplicar a todos los aspectos de la vida, excepto en un par, en los que, a mi parecer, adoptaría un significado de egoísmo o avaricia.
Por ahora, esa es mi frase, y digo "mi" porque todos deberíamos tener una frase que nos definiese y sintiésemos que habla por nosotros. En vez de tener nombres propios, podríamos tener frases, pues seguramente cuenten más cosas de ti que un nombre, que ni siquiera has elegido.