viernes, 13 de septiembre de 2013

Dance for life.

Bailar. Qué sencillo parece, ¿eh? Y lo es, cuando lo haces con el corazón. Cuando bailas lo que sientes y sientes lo que bailas. No es sólo hacer los pasos que te marcan sin salirte de los tiempos, es salirte alguna vez de las vías en las que estás encarrilado, y desahogarte haciendo lo que más amas. Son movimientos unidos a un sentimiento, y eso lo hace aún más grande. Respira, cierra los ojos y déjate llevar, que tus pies se muevan y contagien al resto del cuerpo. Las pequeñas cosas como ésta hacen de tu hobbie, tu vida. Sólo baila, baila, baila, baila hasta que no puedas más, y cuando eso ocurra, baila otra vez. Quién sabe hasta cuando podremos disfrutar de ese privilegio. Nunca es demasiado.

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